EUROPA
PRESS
8
febrero 2016
La expresión fetal de un
gen clave del reloj determina la vida útil
Eliminar el reloj de 24 horas al noquear un gen clave
durante el desarrollo acelera el envejecimiento y acorta la vida útil de los
ratones en dos tercios, pero este efecto está ausente si la deleción
del gen se retrasa hasta después del nacimiento, según ha descubierto un nuevo
estudio publicado esta semana en 'Science Translational Medicine' por científicos de la Escuela de
Medicina Perelman de la Universidad de Pennsylvania, Estados Unidos.
A medida que los seres humanos envejecen, los ritmos biológicos se aplanan, se vuelven más lentos y, finalmente, se detienen. Se desconoce si esta relación entre el envejecimiento y el reloj molecular que impulsa este tipo de ritmos refleja la causa o el efecto.
Para evaluar
el papel del reloj molecular en el envejecimiento, los investigadores de Penn, dirigidos por el autor principal, Garret
A. FitzGerald MD, presidente del Departamento de
Sistemas de Farmacología y Terapéutica Traslacional,
crearon ratones en los que se bloqueó Bmal1 perdiendo
En ambos casos, el reloj estaba paralizado y la variación cíclica en la expresión génica, la conducta y la presión arterial se eliminó. Sin embargo, aunque algunos efectos sugestivos del envejecimiento eran comunes a ambas cepas de ratones --cataratas y signos de neurodegeneración-- otros, incluyendo la esperanza de vida, la fertilidad y signos de artritis estaban ausentes en los ratones con la deleción de Bmal1 retrasada hasta después del nacimiento. De hecho, en algunos casos --como la capacidad de regeneración del cabello después de cortarlo-- el impacto se invirtió.
"Otros han encontrado que el gen Bmal1, aunque expresado temprano, sólo comienza a oscilar tarde en el desarrollo, por lo que muchas de las consecuencias de la supresión del gen temprano pueden reflejar efectos fuera del objetivo, sin relación con su papel en el reloj", dice Guangrui Yang co-primer autor y profesor asistente de investigación en Farmacología. Sin embargo, agrega que futuros estudios llevarán a dilucidar cuándo y si Bmal1 comienza a funcionar como un gen de reloj en el útero.